La cocina de la Ribera está marcada por las condiciones climáticas particulares, propias de la región. El paso por la ciudad de las tres culturas favoreció el desarrollo de la gastronomía y la diversidad de platos típicos de la zona, destacando la fruta y verdura de su huerta.
Como plato estrella se destaca la menestra, una sinfonía de color y verduras compuesta de espárragos, guisantes, habas y alcachofas recién cogidas de la huerta.
La comida típica de las fiestas patronales son las “Pochas”, alubias cogidas sin madurar y que se llaman así por su color pálido, muy ricas con pimientos y zanahoria.
Lo más destacado en carnes son las piezas de pastoreo (costillas de codero), caza menor (perdices, conejo y codornices), toro de lidia y como no “el calderete” un conjunto de carnes y patata especiados con los tomillo y romero que pueblan la zona. Todo ello muy bien acompañado de los ricos tintos y rosados de la tierra.
Y de postre no pueden faltar los “cafareles y randillas” (magdalenas y torrijas) al igual que los mantecados y la rica fruta de la huerta (melocotones, cerezas, manzanas…)